Yoanni Yera: “¿Hasta cuándo seguiremos esperando por el título en Matanzas?”

Por:Michel Contreras.
7/1/2017.

Hubo un momento del magnífico juego que Yoanni Yera le tiró recientemente a Granma, en que salió rumbo al dugout mirando a las gradas mientras hacía el conocido gesto que alude a la dimensión de los testículos.

“Eso lo hice para callarle la boca a todo el que habló”, me dijo el zurdo tras el choque. “Quería dejarle claro que aquí hay Yera para largo rato”.

Sucede que el pequeño lanzador matancero ha sido señalado por un sector de la afición como uno de esos jugadores en que aflora la incapacidad para ganar los desafíos tensos. Todo sea dicho: no es menos cierto que hasta ahora sus desempeños en postemporadas no habían estado a la altura de las exigencias.

Pero el cuatro de enero parece haber marcado un punto de giro en la tendencia. El siniestro se paró en el montículo del Victoria de Girón ante una de las alineaciones más temibles del país, y no lo abandonó hasta recetar diez ponches y soportar solo una anotación en seis entradas de faena.

“¿El secreto? No creo que haya ninguno, aunque tal vez haya influido lo que me cuidé en fin de año. Normalmente casi no bebo, pero esta vez me limité al máximo. Le dije a mi mamá que no iría a fiestas ni nada por el estilo, que estaba enfocado en el partido inaugural del play off”.

Tan autoritario se presentó Yera esa noche, que sacó par de veces por la vía del ponche al mismísimo Alfredo Despaigne, quien venía de reventar la liga en la pelota profesional japonesa. En la televisión nacional llegó a escucharse que había realizado envíos a 96 millas por hora.

“Me sentía más fuerte que otras veces, pero de todos modos me asombré cuando supe que había marcado esa velocidad. Pese a ello tuve que recurrir a todos mis recursos, haciendo mi trabajo lanzamiento por lanzamiento y out por out. Granma es un equipo muy peligroso, al que no se le puede permitir acumular hombres en las bases. Y por supuesto, me cuidé especialmente de Despaigne, que es un hombre con demasiada fuerza”.

Al final de la charla, después de mencionar sus aspiraciones de integrar en febrero el team Cuba a la Serie del Caribe y referir que el venidero martes saldrá al box del Mártires de Barbados a repetir la hazaña, me responde con una sonrisa a la pregunta que se hace todo el mundo: ¿Será por fin el año de Matanzas?

“Eso creo. Pienso que este ya debe ser el año de ganar el campeonato porque, compadre, ¿hasta cuándo vamos a seguir esperando por el título en Matanzas?”.