Dos estrellas que brillaron en el Victoria de Girón
MATANZAS.-El 27 de enero de 1996 es una fecha memorable en la historia del Victoria de Girón, estadio inaugurado en 1977 y escogido para organizar la edición 35 del Juego de las Estrellas.
En la tarde de aquel día no cabía ni un alfiler en el coloso matancero, repleto de público de un extremo a otro. Todos querían ver la proeza de Lázaro Junco, quien estaba a solo un jonrón de la cifra de los 400 vuelacercas. El esperado momento llegó en el octavo episodio del segundo juego de ese sábado, frente al lanzador derecho Alberto Pavón, de la Isla de la Juventud.
Cuenta el avezado narrador deportivo Francisco Soriano que había tanta expectativa, que la televisión cubana colocó una cámara permanente en el estadio para preservar el histórico suceso. Evoca que el 400 fue una línea contundente por el jardín izquierdo, descrita con emoción y destreza por su compañero de batería, el ya desaparecido físicamente Jorge Arturo Castellanos.
El slugger de Limonar se convirtió así en el primer jugador cubano en conectar 400 jonrones en cualquier tipo de beisbol. «Todavía conservo la hoja de anotación de aquel desafío, es un recuerdo que guardo con mucho aprecio», dice emocionado. «Ese, y el 371, cuando rompí la marca de mi amigo Antonio Muñoz, han sido los momentos de mayor simbolismo en mi carrera», le comentó entonces a Pancho Soriano este hombre que ama al Victoria de Girón, donde conectó el jonrón cien y el 300. «No le puedo pedir más», sonríe.
Lamenta que en esta versión del Juego de las Estrellas no se incluya el tradicional desafío de los veteranos. «No es que esté en contra de que jueguen los niños, todo lo contrario; es que, para nosotros, que ya no estamos activos, es muy importante reencontrarnos, porque disfrutamos mucho confraternizar con amigos que, en algunos casos, no vemos desde hace largos años».
«Es muy bonito saber que la afición aún nos recuerda, y un gran orgullo, sentimos que no estamos olvidados. Es una oportunidad de reconocer la historia de quienes pusieron en alto el nombre de Cuba; ojalá lo retomen».
Otro que también brilló en el Victoria de Girón, y tiene motivos de sobra para sentirse feliz por los resultados alcanzados allí, es el Gamo de Jovellanos, Wilfredo Sánchez, el primero en llegar a la marca de los 2 000 indiscutibles. Fue, igual, una fecha muy recordada aquella del 19 de enero de 1985, cuando alcanzó la impresionante marca. Ese día se llenó el estadio para disfrutar de las habilidades del llamado Hombre jit, líder en imparables en seis ocasiones, y cinco veces campeón de bateo. Muchos lo consideran el mejor primer bate de la pelota cubana.
Junco y Wilfredo, entre otras tantas luminarias del territorio, tierra natal del inolvidable Martín Dihigo, estarán seguramente en las gradas este fin de semana, para rememorar sus hazañas en el parque beisbolero, aplaudir a los peloteritos campeones y disfrutar del duelo entre las actuales estrellas del beisbol cubano.
Tomado de Granma.
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