Los Vargas de Industriales: el especial lazo que los une

Por Víctor Joaquín Ortega

Situación comprometida para Industriales. Al montículo, Andy Vargas. El caballo de batalla, el paño de lágrimas de los Azules por ahora. Debieron traerlo cuando el abridor mostró síntomas de cansancio. Aun  antes: se sabe que en los finales, por muy bien que parezcan estar, la potencia de los lanzadores baja, más allá del brazo.

Por fin, Vargas sobre la lomita. Los seguidores del equipo confían en este relevista para el medio del juego especialmente. Lo ha demostrado. Sin ser supersónico sabe poner la bola donde le duele a cada bateador.

Hoy no es la excepción. Receta ponche. Elimina la amenaza. Enfrió a los corredores en primera y segunda y el bate del rival. Bien llevado por la dirección del equipo, en especial por los designados para atender el picheo, muestra avance considerable de una temporada a la otra.

El uniforme del seleccionado insigne de la capital no le queda grande. Recuerdo entonces a Conrado Marrero, quien decía que el brazo principal del lanzador está en el cerebro.

Este hombre de algo más de 20 años, que promete tanto, fortalece la  “andyvargasería“ del combinado más ganador en las Series Nacionales. Invento la palabra porque ante los micrófonos de la COCO hay otro Andy Vargas desde 1995, de similar dedicación y amor por el deporte, la pelota sobre todo, y los integrantes de la “industria” de cualquier época.

El joven llegó cuando el veterano lleva en esas funciones 27 años: no había nacido el atleta. Este narrador y comentarista, a los 66 años, mantiene  la pasión por su labor sin perder el ímpetu.

Profesor de Educación Física, especialista en fútbol,  en el nivel preuniversitario, sintió el llamado de una nueva profesión y lo escuchó. La emisora del honestísimo Guido García Inclán le abrió las puertas. Como siempre: el espíritu humanista de su progenitor vibra y vibrará por siempre allí aunque falleciera.

Vargas dio sus primeros pasos con ciertas narraciones voluntarias en 1994, hasta puso su voz a favor de encuentros de cuatro esquinas. Un año después, comenzó a situar sus imágenes y comentarios, con el fin de alimentar la bravura y la técnica del equipo del color del mar, lo mismo cuando está en alza o cuando las zancadas son pasitos. En este caso, con superior entrega.

Defiende a Industriales contra viento y marea, pase lo que pase, sin mimar las fallas, ni aplaudirle la autosuficiencia y las indisciplinas. Ha tenido que chocar con incomprensiones a pesar de evitar el fanatismo, respetar a los contrarios, reconocerles. Por su calidad  y hombría fue escogido entre los profesionales provinciales que la delegación a los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.

Enviado a un clásico beisbolero albergado por Holanda, se negó a ir de turista, así comentó, y buscó la manera de narrar los encuentros desde allá. Lo logró.

Muy adolorido por el fallecimiento reciente de William Visozo Vasallo, su compañero de trasmisiones, a quien considera una persona y un profesional de valía. Padre de dos hijos, ambos licenciados de carreras universitarias. 

Reconocido, querido, admirado en le emisora de sus amores y camina hacia adelante con la frente en alto y esos deseos tremendos de seguir en el combate. 

Tomado de RadioCoco